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El vicepresidente Álvaro García Linera y la diputada Rebeca Delgado. Foto: ANF |
“Tengo información y eso quiero decirles a los del Gobierno, que hay una orden del vicepresidente de hundirme políticamente”, denunció la legisladora, quien lamentó que la bancada del MAS en Diputados haya tomado una actitud para “taparle la boca”.
En ese entendido, reiteró que la jefa de bancada del MAS en la Cámara Baja, Flora Aguilar, tiene un plazo de 48 horas, que inició el martes, para presentar las pruebas de este supuesto tráfico de influencias, al haber denunciado tal hecho de manera pública ante los medios de comunicación, en franca actitud de “amedrentamiento”. Dijo que si no demuestra la veracidad de sus declaraciones, iniciará un proceso legal por acoso político, “no como diputada sino como ciudadana”.
Aguilar, por su lado, mencionó que en ningún momento amenazó a la diputada Delgado y que sus declaraciones no tienen por qué motivar a un proceso legal, que calificó son acciones meramente de “intimidación”.
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